Celebramos el día de la Ama de Casa
Porque es una manera de recordar y valorizar esa tarea que parece invisible.
Somos Amas de Casa
Amas de casa somos las millones de mujeres que, cada día, desde la mañana hasta la noche, desde el primero de enero hasta el 31 de diciembre trabajamos para que nuestra casa sea un hogar. Grande, pequeño, con necesidades, con satisfacciones, con recursos, sin ellos, cada mujer se las ingenia para cuidar a su familia.
Creación del Sindicato de Amas de Casa
El 12 de marzo de 1983, en la Ciudad de Tucumán, un puñado de mujeres que luchában por los derechos de las mujeres tomamos la propuesta de quien hoy es la senadora peronista por Tucumán, Betty Mirkin, y salimos por los barrios a proponerle a las mujeres que queríamos luchar para que sea reconocido el trabajo cotidiano del hogar a través del derecho a un salario, como lo soñó Evita, y de una jubilación para nuestras mayores (ahora las mayores ya somos nosotras).
A quiénes representamos y qué actividad desarrollamos
Todas las mujeres somos trabajadoras. En nuestra casa, en nuestro empleo, todas las mujeres trabajamos. Decimos que entre el empleo y la casa nos multiplicamos. Nuestro sindicato aspira a representar a todas las mujeres que son amas de casa, que están a cargo de su hogar, a las activas y a las que, gracias a la moratoria previsional, pudieron jubilarse aunque muchas no lo podrían siquiera soñar.
Toda mujer puede afiliarse a nuestro sindicato. Estamos en 18 provincias argentinas, en cada barrio, en cada localidad. Nos ocupamos de generar ese espacio que nos pertenece a todas. Las mujeres que se afilian al sindicato nunca más se van. Nunca más nos vamos.
En algunas provincias promovemos emprendimientos productivos de las amas de casa: en zonas rurales, conmicrocrédito, con artesanías diversas. Nuestras casas son un lugar para que cada mujer exponga lo que hace.
También tenemos convenios para que puedan las afiliadas terminar sus estudios secundarios y para que se hagan capacitaciones en oficios para que lo que sabemos hacer o nos gusta hacer lo podamos profesionalizar y ganarnos la vida con eso.
También actividades culturales, deportivas, recreativas, compras comunitarias, espacios para nuestros hijos, centros de adultas mayores, en fin, no tenemos límite a la imaginación de lo que queremos hacer.
Nuestra casa está abierta a todas las iniciativas.
¿Somos Amas de Casa feministas?
¿Evita era feminista? Nos gusta decir que si Evita es considerada feminista, entonces nosotras, sus humildes aprendices, también lo somos.
Si ser feministas es estar comprometida, cada día, con los derechos de las mujeres en todos los planos, con la erradicación de la violencia, con la conformación de una organización que nos pertenezca, entonces debemos serlo.
Si ser feminista es una lucha individual e individualista, entonces no. Si ser feminista es renegar de nuestras tareas en el hogar, entonces no.
Equidad de géneros
En nuestro país hay una gran tradición en esto de compartir varones y mujeres, los trabajos, los derechos, la comunidad organizada.
Todavía falta que los varones se incorporen con alma y vida en las tareas del hogar.
Falta que se comprenda la importancia social y económica de las tareas que hacemos las mujeres, para que podamos verdaderamente construir una sociedad centrada en el ser humano con esa visión ecológica que aprendimos de Perón y que con maestría nos convoca a desarrollar el Papa Francisco, cuidando la casa común.
En nuestro país la equidad entre mujeres y varones ha ido de la mano de una concepción según la cual las personas no pueden realizarse en una comunidad que no se realiza. Es decir, que para nosotras lo primordial es poner las cosas en su eje: no renegamos de las tareas que hacemos, luchamos para que se valoren y se compartan. No creemos que el techo de cristal sucede porque somos madres, creemos que sucede porque quedamos muchas veces solas a cargo de la responsabilidad familiar. Y siempre hace falta la otra parte para que pueda haber hijos, de una u otra manera. Y las responsabilidades deben asumirse y compartirse Pero no es solamente responsabilidad individual de mujeres y varones, es un desafío que toda la sociedad debe encarar.
Violencia de género
La violencia contra las mujeres es la expresión extrema de la discriminación. En los últimos años la movilización se ha concentrado en una formulación extrema que es “Ni una menos” referida a que “Vivas nos queremos”. Desde el SACRA en todo el país acompañamos esa lucha y actuamos para que, desde nuestra Obra Social OSSACRA y desde las diferentes filiales provinciales del sindicato promovamos vínculos y relaciones familiares libres de violencia.
Pensamos que la manera más genuina de construir una sociedad sin violencia es valorar las cuestiones importantes en la vida de las personas, de las familias y de la comunidad: el amor, el respeto, el cuidado. Y en eso tenemos en claro que debemos ser inflexibles, que no hay que ser condescendientes, y eso es algo que especialmente les demandamos a los varones.
Reconocimiento del trabajo y el aporte de las Amas de Casa
Evita decía que las mujeres, como los pueblos y las naciones, si no son económicamente independientes nadie les reconoce derechos. Y fue también durante los gobiernos de Perón que las mujeres no sólo logramos la mayoría de edad respecto de la participación política sino que las empleadas domésticas tuvieron su primer reconocimiento como trabajadoras, que se completó en 2012 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner cuando se aprobó la ley que equipara los derechos de las trabajadoras en casa de familia con los demás trabajadores en relación de dependencia.
Pero también corresponde a esa etapa la legislación que asegura “igual salario por igual trabajo”.
El punto es que al dejar en manos de cada familia y en particular de cada mujer la resolución –como pueda- de las responsabilidades familiares, al no haber una consciencia colectiva de la necesidad de respuestas sociales y no solo de la familia, es que estamos lejos de poder alcanzar la equiparación indispensable.
Para que las mujeres logremos que se valorice nuestro trabajo, hemos impulsado desde 1995 –y lo hemos realizado en 1998 en CABA- que se hagan Encuestas de Uso del Tiempo que permiten observar las diferencias en cuanto al empleo del tiempo por parte de mujeres y de varones, que demuestra que las mujeres destinamos más que el doble que los varones de tiempo a las tareas no remuneradas del hogar y que las mujeres participamos de esas tareas en más de un 90% y los varones alrededor de un 60%, lo cual nos coloca ante la realidad de que el trabajo no remunerado está a nuestro cargo en por lo menos un 78% mientras que los varones se ocupan en alrededor de un 22%.
El INDEC ha realizado estas mediciones. También la Dirección de Estadísticas de la CABA y nosotras abrimos el camino con una medición que hicimos con el Observatorio Urbano en la Legislatura de Buenos Aires durante mi gestión como legisladora.
Otras realidades
Hay situaciones que parecen increíbles, como por ejemplo que en EEUU la licencia por maternidad está sujeta al acuerdo de la embarazada con el empleador. También hay países, sobre todo en el norte de Europa, donde los varones se incorporan más a las responsabilidades familiares.
De todos modos, es un orgullo para la Argentina saber que aquí el peronismo ha dejado una huella y una impronta muy profunda en la construcción de la Justicia Social.
¿Qué les decimos a las jóvenes Amas de Casa?
Nuestra consigna es “sin consejos”. Cada una vivimos la vida de acuerdo a lo que pensamos y queremos según nuestras mejores posibilidades. Lo que sí te digo es que a las jóvenes les decimos que aquí, en el SACRA tienen su segundo hogar.
¿Es posible una sociedad sin Amas de Casa?
Así como no imagino que ninguna empresa funcione sin que alguien se ocupe de gerenciarla, de coordinar las tareas y las necesidades, no me imagino un hogar sin que cuente con la calidez, la dedicación y el compromiso de las Amas de Casa. Y, por supuesto, luchamos para que ese lugar esté compartido cada vez más con el mismo amor por parte de los varones.
Lucha por el reconocimiento del trabajo doméstico
Nuestras reivindicaciones son: SALARIO, JUBILACION, OBRA SOCIAL y SINDICATO para las AMAS de CASA.
Tenemos el orgullo de tener una obra social que ya está instalada en 13 provincias. Nuestro Sindicato lucha para que se nos reconozca gremialmente en el Ministerio de Trabajo pero contamos con un gran reconocimiento institucional. En cuanto a la jubilación somos agradecidas y orgullosas de que la moratoria previsional comenzada en 2005 tuvo una inclusión de más del 80% de mujeres, con lo que se conoció como jubilación de amas de casa. Y finalmente, digamos que la incorporación de trabajadoras domésticas monotributistas sociales y personas desocupadas hayan sido incorporadas a la percepción de las asignaciones familiares a través de la Asignación Universal por Hijo y que lo cobren las Madres ha sido un importantísimo reconocimiento a la tarea que realiza cada madre, cada día, en su hogar